Vivir para montar otro día

13 de mayo de 2024

Brad 2Como tantas otras mañanas, Brad Nelson disfrutaba de un paseo vigorizante al amanecer con una docena de sus ávidos amigos ciclistas. Era el 22 de junio, un día después del solsticio de verano, y la ruta de esa mañana los llevaba desde La Crosse, cruzando el río hasta La Crescent y luego subiendo la colina hacia Nodine.

Brad recuerda haber tomado su turno al frente de la línea de ritmo subiendo la colina, y luego haber retrocedido para dejar que un compañero tomara su turno al frente. Y ahí es donde la cosa se complica.

“Mientras me acercaba al final de la fila, empecé a tener una especie de experiencia extracorpórea”, recuerda Brad. “Pensé: 'Esto es raro'. Empecé a sentirme débil y sin aliento, y no podía seguir el ritmo. Luego, no pude moverme”.

Brad se salió del camino y cayó en la hierba alta y húmeda de la cuneta. «Un par de amigos miraron hacia atrás y, al no verme, dieron la vuelta. Los vi pasar, pero ellos no me vieron en la cuneta y no pude gritarles».

Por suerte, un compañero ciclista vislumbró el reflejo de una luz roja en la parte trasera de la moto de Brad, que la iluminó al pasar por segunda vez. Se bajó de la moto y enseguida se dio cuenta de que Brad estaba consciente, pero no podía comunicarse.

El amigo de Brad descubrió que no tenía señal celular, así que corrió colina arriba hasta que pudo conseguir una llamada. Se envió el Servicio de Ambulancias del Área de Winona (WAAS) y un socorrista residente en la zona llegó en pocos minutos.

Momentos después, Brad se dirigía al Servicio de Urgencias de Winona Health. La ambulancia en camino indicó síntomas de un derrame cerebral. En Winona Health, se activó una alerta de derrame cerebral y un equipo (que incluía a un profesional de urgencias, una enfermera titulada, un auxiliar de enfermería, un técnico de tomografía computarizada, un farmacéutico y un técnico de laboratorio) se reunió frente al escáner, listo para actuar.

Al llegar Brad, el equipo médico inmediatamente le realizó una tomografía computarizada de la cabeza y confirmó que estaba sufriendo un accidente cerebrovascular isquémico, siguió los protocolos para administrar Tenecteplasa (TNK), un medicamento anticoagulante, y lo preparó para su transporte inmediato en helicóptero a Mayo en Rochester.

“Para cuando llegó el helicóptero, sentí que empezaba a recuperarme”, dijo Brad. “Y mientras iba de camino en el helicóptero, me di cuenta de lo que estaba pasando y me sentí un poco abrumado por todo”.

Brad pasó dos días en la UCI de Mayo y otro en recuperación. "Me consideraron un paciente milagroso; no tenía efectos residuales perceptibles; podía hablar y moverme con normalidad". Le dieron de alta con un monitor cardíaco y ahora tiene un dispositivo implantado que descarga datos a su teléfono.

“Estoy agradecido de haber tenido dos momentos que me salvaron la vida ese día”, dice Brad. “El primero fue que un amigo vio mi bicicleta en la zanja y me pidió ayuda. El segundo, llegar al Departamento de Emergencias de Winona Health, donde me brindaron la atención adecuada”.

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